Aaron Beck & Albert Ellis

Aaron Beck & Albert Ellis
APA (Photo by Fenichel)

DESAFÍOS DEL TERAPEUTA COGNITIVO: EL SÍ MISMO EN FUNCIÓN DE LOS OTROS

Por: Ps. Andrés Castillo Sánchez


Los modelos terapéuticos tradicionalmente abordados en psicología conciben al cliente o paciente como objeto de un proceso de cambio a nivel de comportamientos que incumplen con una expectativa cultural y social, ese mismo cliente que a la vez es blanco de un abanico de postulados que se dirigen a modificar estructuras cognitivas, afectivas, motivacionales y comportamentales, susceptibles de ser modificados por un terapeuta que reúne las características personales, intelectuales y profesionales para generar un cambio permanente en la percepción de vida del mencionado cliente.

El ejercicio académico tradicional ha orientado al psicólogo para realizar el papel de juez objetivo de la subjetividad interpersonal, autoridad que ha sido defendida gracias a la titulación obtenida como científico; titulación que compromete al terapeuta a mirar más allá de los límites del sesgo perceptual con el fin de entender realidades más complejas en donde el mismo terapeuta sea protagonista del cambio del otro y a la vez de sí mismo en el momento que presta sus servicios como profesional de la salud.

La presente reflexión tiene como objetivo presentar la opción de un terapeuta crítico, con una amplia visión de sí mismo para el posterior entendimiento de la realidad social; esto con el fin que el mismo terapeuta pueda optar por estilos de vida saludables en el marco del entendimiento de una realidad cambiante y multidireccional que le permitan integrar a su formulación de casos algo más que aspectos cognitivo-afectivos y comportamentales, ésto con la finalidad de ver al consultante como parte de un proceso de construcción de conocimiento y no como parte del proceso terapéutico en donde la relación paciente-terapeuta no sólo tenga una vía determinada por un vínculo unidireccional, sino como motor de conocimiento de la propia vida del psicólogo como humanidad susceptible del oficio de conocer.

Es así que la necesidad de encontrar terapeutas que asuman los desafíos de una tradición terapéutica postmodernista se hace vital más cuando la evolución del conocimiento, no sólo ha transformado el modo de vivir de las personas sino esos mismos modelos psicológicos a los que los terapeutas tradicionalmente recurren para dar respuesta a la realidad del otro. Acerca de la necesidad de la búsqueda del significado de existencia en el ser humano, Guidano (1994) afirma:

En todos los primates se ha superpuesto al ambiente meramente físico un mundo social complejo, que genera una realidad intersubjetiva en la que el conocimiento de sí mismo y del mundo siempre entra en relación con otros. Así es como la mayor viabilidad de la experiencia ordenadora mediante la sincronización y coordinación mutua de las acciones va acompañada de un incremento del aprendizaje intersubjetivo y de un aumento de la capacidad para la autoindividuacion. Estas aptitudes se volvieron cada vez más indispensables a medida que la adaptación se fue transformando en un problema social

Esta mirada rompe con la visión convencional del psicólogo y a la vez lo sumerge en una realidad cambiante que hace que sus acciones son orientadas a generar y comprender cambios no solamente a nivel social como producto de su intervención sino que pretende llegar a un terapeuta capaz de generar una transformación circular en donde él mismo puede llegar a crecer en el entendimiento de los otros, esos que son objetivo de sus técnicas y conocimiento. Por tanto se propone una transformación personal orientada al crecimiento, la automotivación, los procesos de autoactualización y estilos de vida saludables que permitan obtener al profesional un direccionamiento personal sin necesidad de adoptar rótulos místicos o pseudocientíficos, aquellos que estremecen tanto a los psicólogos contemporáneos, que cada vez más necesitan imperativamente ganar reconocimiento científico, fenómeno que los lleva a buscar sistemas motivacionales externos en donde siempre se busca el reconocimiento social por encima de la simple satisfacción de llevar a cabo una profesión ética dirigida al bien social. Greenberg, Rice & Elliot (1996, citados por Riso, 2001) afirman acerca de la tendencia al crecimiento:

Supone un proceso continuo de reorganización en niveles superiores de complejidad para mantener el sí mismo y lograr un máximo de flexibilidad creativa en cualquier ambiente que el organismo se encuentre… La tendencia al crecimiento, pues es esencialmente una tendencia biológica a la supervivencia y la satisfacción de las propias necesidades de un ambiente social complejo.

En la actualidad los temas relacionados con crecimiento y autorrealización son abordados como una tendencia utópica y poco relacionada con las técnicas utilizadas convencionalmente, excluyéndolos como herramientas de cambio terapéutico o etiquetándolos como poco objetivos. Curiosamente, en el marco de una realidad que aún no logramos comprender, este inconveniente ha generado que el psicólogo clínico haya limitado una apertura a un conocimiento de realidades que no sólo afectan a su cliente si no a él mismo como individuo, considerando que esta mencionada apertura le pueda generar una ruptura epistemológica que logre generar incertidumbre no sólo a nivel profesional sino existencial.

Ellis & Harper (2003, citados por Riso, 2001) Proponen una serie de aspectos para trabajar con pacientes en las sesiones de trabajo de terapia cognitiva Standard no sin antes tener en cuenta que la reflexión que el terapeuta pueda realizar de estos mismos, no sólo le brindará un beneficio a su consultante sino en la práctica de la complejidad, el mismo terapeuta será parte del cambio a medida que estructure un proceso de internalización del cambio que le propone a su consultante, aspectos que se abordan bajo el rotulo de autoactualizacion:

Inconformidad e individualidad.

Las personas autoactualizadas no son ejemplos de comportamiento ni pretenden ser las personas más sensatas, estas personas sólo hacen uso de una inconformidad sensata y un individualismo “sano” que les permite proyectarse sin descuidar sus relaciones sociales permitiéndoles mantener opiniones firmes frente a los fenómenos que ocurren sin necesidad de cambiar sus ideales por presión social o intereses de otros.

Aceptación de la ambigüedad y la incertidumbre.

Las personas autoactualizadas aceptan que sus vidas no tienen una dirección lineal o determinada, por lo tanto pueden escapar al mito de la certeza absoluta por medio de un acople a una sana lógica probabilística, la cual permite que el sujeto libere su vida de imperativos dogmáticos o “deberías” que a su vez conllevarían a una segura activación emocional negativa de no cumplirse las reglas que estos mismos establecen. Por esto mismo el “tengo que” sería modificado en calidad de la salud mental por un “es probable que” o “seria mejor si… pero si no ocurre seguiré adelante con…”

Tolerancia.

Las personas autoactualizadas no se asustan con las opiniones contrarias por lo tanto las toman como herramienta de aprendizaje, nunca como competencia o rivalidad, ya que en estos casos una oposición por el simple hecho de hacerlo indica activación de estrategias compensatorias de la otra persona, que traerán como resultado la constante asimilación de la información pasada, lo que automáticamente genera bloqueo de nuevas formas de conocimiento ya que el temor a desconfirmar y por ende a la incertidumbre es mucho más grande en algunos casos que la capacidad de adquirir conocimiento.

Compromiso y goce intrínseco

Las personas autoactualizadas disfrutan de lo que hacen sin pensar tanto en los resultados o quien los percibe los mismos, son personas con capacidades de regulación interna y motivación al crecimiento, esta capacidad les permite orientar y planificar su futuro en términos de autodirección, ya que en muchos casos la percepción de eficacia o competencia tiende a distorsionarse por las opiniones de otros que de igual manera tendrán repercusiones en la apreciación del “yo” como totalidad.

Interés social y ético

La autoactualizacion parte del principio de reconocer al otro como parte activa del conocimiento del mí mismo, por lo tanto el “ponerme en los zapatos de los demás” e identificar mis creencias y confrontarlas se convierte en un reto en donde el “terapeuta va llevando de la mano al ser humano con una postura basada en el entendimiento de la problemática del otro, antes de aplicar una serie de técnicas y procedimientos sin tener en cuenta la naturaleza y la experiencia de la problemática del consultante como fuente de conocimiento y espejo de la realidad del mismo terapeuta.

Aceptación incondicional

Los seres humanos tenemos la tendencia a polarizar o dicotomizar las evaluaciones que realizamos de nosotros mismos en base a los eventos que suceden en el diario vivir, convirtiéndose en una dificultad para llegar a la aceptación y la realización personal. Al respecto, Riso (2001) afirma que en la aceptación personal: Una cosa es aceptar que es necesario cambiar porque se han cometido errores y otra muy distinta condenarse a sí mismo como un ser humano despreciable; lo cual invita a una autocrítica sana que llega desde la autovaloración personal y no desde el desprecio propio.

Asumir riesgos y experimentación

El asumir riegos implica el descubrimiento de nuevas formas de conocimiento para llevar una vida más saludable, el emplear un sistema de tolerancia a la frustración funciona como gran predictor de éxito en nuevas tareas y proyectos que se quieran emprender, ya que el fracaso en una tarea no puede ser generalizado a la misma u otras como regla de vida. Sólo la experimentación generará la audacia necesaria para descubrir la vida, permitiendo abarcar lo desconocido como medio de comprobación, necesaria para generar cambios.

El hedonismo a largo plazo

La excesiva necesidad de satisfacer el placer de forma inmediata sin tomar en cuenta las consecuencias a largo plazo se convierte en uno de los mayores desafíos del ser humano, que es constantemente bombardeado por la expresión continua de sus pasiones y la necesidad inmediata de saciar las mismas. La frase “hoy tenemos mañana no sabemos” se puede convertir en un sistema de creencias permisivas que en algunos casos nublan la planeación y la estructura de un proyecto de vida con iguales ventajas, goces y placeres, que en este caso incluyen la mezcla de las emociones humanas con una sana planeación de una vida para el mañana.

Para concluir los temas anteriormente tratados se pueden resaltar como una opción para el terapeuta en el abordaje del caso clínico, no sin antes recalcar que el proceso de conocimiento del sí mismo implica una reflexión socio-cultural extensa que en muchos casos es difícil de conseguir por medio de la aplicación de los sistemas terapéuticos tradicionales. La autoactualizacion personal es una visión que lleva tiempo de acoplar tanto en la vida del paciente como en el ejercicio profesional del terapeuta, ya que este proceso no debe entenderse como algo fácil, puesto que implica diversas estructuras informacionales, culturales y personales como las representaciones sociales, esquemas valorativos, afectivos y motivacionales del paciente; por eso el proceso de autoactualizacion debe hacerse dentro de un contexto terapéutico, y requiere un adecuado manejo de la temática por parte del profesional, que proporcione garantía al consultante de un proceso apropiado de trabajo que pueda garantizar la prevención de las recaídas sea cual sea la perturbación psicológica a trabajar.

REFERENCIAS

Guidano, V. (1994). El Si Mismo En Proceso Hacia Una Terapia Cognitiva Postracionalista. España: Piados.

Riso, W. (2006). Terapia Cognitiva. Fundamentos Teóricos y Conceptualización del Caso Clínico. Colombia: Norma.

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