PsCl.
Ronald Alberto Toro Tobar
Los
pacientes con Trastornos de Personalidad (TP), generalmente desarrollan una gama
de estrategias conductuales disfuncionales que les ayudan a enfrentar sus
creencias centrales negativas, es decir poco adaptativas a lo largo del tiempo y
un rango amplio de situaciones, lo que puede interferir en la interpretación
dada por los terapeutas quienes deben catalogarlas como “buenas” o “malas”
dependiendo del caso a tratar. A lo mejor, éstas son más o menos adaptativas de
acuerdo con las metas que persiga la persona y la situación en sí misma. Por
ejemplo, no es necesario ser demasiado desconfiado de los amigos más cercanos (siendo
una característica de las personas con TP Paranoide) o permanecer demasiado
cercano a los amigos únicamente para hacerlos sentir bien (típico en las
personas con TP Dependiente); el modo adaptativo estaría mucho más ajustado si
la persona no desconfía demasiado de los amigos pero sí cuando camine por un
callejón oscuro, o estar muy cerca de familiares y amigos en los momentos en
los cuales se encuentre en altas condiciones de riesgo.
En
el modelo de la TC se cuenta con un pequeño número de estrategias específicas
supradesarrolladas para cada TP que puede ser o no adaptativos cuando son por
primera vez desarrollados, pero que conllevan a permanentes dificultades cuando
se usan de forma compulsiva y las personas no son capaces de usar otras estrategias
de forma adaptativa acorde con el contexto (v.g. Beck, J.S., 2009**). Estos
pacientes por lo general usan estas estrategias tanto en la sesión de
psicoterapia como en su vida cotidiana; por ejemplo, los pacientes en extremo
suspicaces lo serán en su vida diaria y a su vez con el terapeuta durante las
sesiones.
Cuando
los pacientes despliegan conductas disfuncionales durante la sesión, es importante
para los terapeutas reconocer que estas conductas aparecen (a menudo traumáticas)
ante circunstancias vitales que son extremas y difíciles, y ante creencias
centrales negativas. Adoptar estos supuestos, sirve a los terapeutas a bogar
por un trato mucho más positivo, empático, y un comportamiento mucho más
adaptativo por sí mismo.
Es
también esencial para los terapeutas evaluar el rango de rigidez de las estrategias
de sus pacientes, como parte de una completa conceptualización de caso clínico
individual. Este guía el tratamiento y ayuda a desarrollar unas expectativas
más realistas; ya que no es razonable esperar que un paciente con TP Narcisista
de repente detenga su comportamiento superior y demandante al inicio de la
terapia. El fallar en el reconocimiento de las estrategias de los pacientes, podría
llevar a solicitar cambios sin antes haber desarrollado las habilidades
necesarias de afrontamiento, lo que puede acarrear consecuencias negativas
importantes.
*Artículo editado de Beck, J.S. (2005). Cognitive therapy for challenging problems: What to do
when the basics don't work. New York: Guilford Press; y del
correo electrónico informativo del Beck Institute, publicado también en: Beck,
JS. (2012). Personality
Disorder Patients Exhibit Typical Overdeveloped and Underdeveloped Strategies. Disponible
en http://www.psychnews.org/update/report9_AM5.html
**Beck, J.S.
(2009). A cognitive behavioral approach to personality disorders. Material de
apoyo de formación de terapeutas cognitivos en el
Beck Institute en Filadelfia. Disponible en http://www.drscotthall.co.uk/wp-content/uploads/2011/12/Workshop_512-Judith-Beck-A-CBT-Approach-to-Personality-.pdf
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